Estas doce sillas fueron diseñadas por los
alumnos de Royal College of Art para el Festival de Diseño de Londres. Cada una
de ellas es única, están construidas con materiales reciclados. Durante el
proceso de producción se registró cada uno de los desechos de material
utilizados, los procesos y el tiempo necesario para poder medir la
sostenibilidad de cada una. Con estos datos se evalúa el ciclo de vida y la
vida útil de las sillas en comparación con el coste de los recursos y los
procesos necesarios para su producción.
Floating Chair, de Bobby Petersen y Tom Gottelier
Well Proven Chair, de James Shaw y Marjan van Aubel
Travelling Bench, de Nicholas Gardner y David Horan
Snelson, de Sam Weller
Folded Chair, de Norie Matsumoto
Solitude, de Mary Argyrou
Num. 4, de Santi Guerrero Font
Leftovers Chair, de Lauren Davies
Designed Legacy, de Michael Warren
Squeeze, de Nicholas Wallenberg
Beeeench, de Petter Thörne
Tree Furniture, de Anton Alvarez
Opinión personal: El hecho de utilizar materiales recuperados o reciclados no es suficiente para decir que un producto es "sostenible". Es muy importante tener en cuenta los procesos de fabricación y construcción. Para que el producto sea "sostenible" se deberá producir la pieza con el mínimo gasto de energía y contaminación.
En este proyecto se ha hecho un estudio para valorar si las piezas son realmente sostenibles y comprobar si la vida útil del producto es proporcional al gasto energético y económico que ha supuesto su fabricación.
El resultado del proyecto ha sido muy bueno en cuanto a sostenibilidad además de tener unos diseños originales y únicos.
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